El concepto del lujo con frecuencia se asocia a lo ostentoso, a la abundancia de bienes, la riqueza, el glamour o lo frívolo. Hoy existe una contratendencia, una redefinición del concepto. Como indican Marian Salzman e Ira Matathia, el lujo "es un derecho que atraviesa toda la escala demográfica". Y significa logro, una compensación, focalizarse en vivir una vida más gratificante. No hay que ser rico para ser lujoso. Las autoras de Next now. Trends for the future destacan como tendencia el high-low living, la nueva estética de combinar Zara con Chanel. El lujo es visto como comprar experiencias, por eso florecen las tiendas vintage, para revalorizar el contacto humano. Importa el origen de las cosas. Interesa descubrir el 'gusto', el 'estilo' uno mismo: lo customizado.
La joven diseñadora uruguaya Catalina Bouzá, a través de Blog Couture, me recomendó un link a un sitio que ejemplifica el concepto: Rough Luxe.
Además, la industria del lujo parece también estar revisando su postura: recomiendo dos informes recientes, Business of Luxury del Financial Times y otro Deeper Luxury de
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